viernes, 27 de julio de 2018

EL VERANO HA MUERTO







El verano ha muerto. Todos los esfuerzos por salvar su vida han sido inútiles. Adiós operación bikini, melón con jamón, tinto de verano, sidra asgaya; hasta siempre fiestas de prau y bolos de hierba . Contigo te llevas el bronceador protección 30, el after-sun, las gafas de espejo, la camiseta de tirantes, la sombrilla de rayas azules, la piel con sabor a sal,  y el abanico . Hay quien dice que no estás muerto, que andas por Benidorm, ligando alguna nórdica grandona y colorada como un tomate . 

Otros dicen que te secuestraron en el Carmín y que piden 30 cajas de sidra por tu rescate, que igual te liberan en Astursella. Se comenta que realmente has muerto de encharcamiento o de un ataque de bruma y orbayu, incluso hay quien se atreve a asegurar, que estos días reapareciste en Valencia de Don Juan o que has perecido en plena juventud, en una noche de tormenta. Para los que te apreciábamos, es una pérdida irreparable; echamos de menos tu abrazo cálido, y lo sustituimos por una mantina de noche y una rebequina de día; la humedad nos encoge por momentos. Ya no sabemos si existe el horizonte o ha desaparecido contigo. 

Si alguien te tiene retenido, por favor que te suelte para la fiesta de Santullano. Ofrecemos una caja de sidra más, tres bollos preñaos y cuatro raciones de costilla. Y si de verdad te has muerto, es una putada grande. 





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