He estado varios meses en la cárcel, algunos días salía a que me diese el sol al patio, pero la mayoría del tiempo lo pase en una celda oscura y húmeda como todas, donde apenas si podías verme con luz.
Tiempo después he dormido en camas de hoteles; impersonales y aburridos, de lujo, con sábanas de hilo y champán en cubitera. Otros llenos de gente sucia y de mala vida ,con escaleras estrechas y olor a fritanga y a marginación.
A veces me he acostado en camas frías y solitarias y en camas llenas de amor donde no sabia de que lado iba a despertar. Muchas noches fueron de pasión brutal, otras de lágrimas y susurros, otras de insomnio, a veces de miedo y de angustia cuando te hice de almohada, poco mullida por cierto.
He conocido de cerca los días interminables con las noches más largas aún, de hospitales que huelen a sueros y sangre, a fiebre a último aliento de quien espera en salas compartidas la llegada del final de su historia. He visto la muerte, cuantas veces...
He dormitado en hamacas de playa, con cualquiera ,al sol de muchos veranos, me he dormido encima de pieles quemadas con olor a yodo y a sal.
Algunos de mis hermanos, han sido castigados por cometer el pecado de querer cambiar el mundo con sus ideas. Para que no quedasen sus huellas han sido incinerados y de sus cenizas han brotado otras historias.
Me he acostumbrado a los disparos atronadores de muchas guerras cercanas y modernas, y he sido compañero de soldados en campos de batalla, velando sus sueños cuando ya acababa el bombardeo y cambiaba la guardia y yo seguía allí por si me necesitaban. A veces tenían miedo y se abrazaban a mi.
He viajado en aviones que cruzan océanos, en trenes que pasan por campos sembrados de trigo y ropa tendida al sol, en barcos, en autobuses nocturnos que llevan a fábricas, oficinas y fiestas, y siempre sentí el mismo temor al abandono y la pérdida.
He estado en bares de escasa reputación hasta el amanecer y nadie se fijaba en mi, por eso odio a la gente que me mira de reojo como diciendo no te quiero, no deseo tenerte, no me gustas. Otra vez me sentí abandonado.
Has derramado lágrimas en mi porque te he hecho llorar muchas veces, te he acompañado en tus momentos de flaqueza, te he dado ánimos en tus días aciagos, has sonreído conmigo y hemos ido juntos a cientos de parques donde a la sombra de cualquier árbol frondoso, nos hemos tumbado a contarnos historias, a contarte mi historia y nos hemos dormido y despertado juntos.
Me han odiado, me han amado, han hablado mal de mi y tu me has defendido o me has traicionado con tantos..., tengo marcas, cicatrices, tatuajes indelebles de quien me ha poseído.
Algunas veces me hicieron homenajes y un día tuve tanto éxito que mi nombre salió en todos los periódicos y muchos estaban locos por tenerme en sus vidas porque estaba de moda.
Te he dado tanto a ti y a tantos..., tanto, que no se porque a veces me olvidas, me cambias por el último que llega. ¡Eres un ingrato!
En algunas ocasiones he sido un estorbo y me has dejado tirado en el sofá aunque te pidiera que me hicieras tuyo que no me abandonaras en cualquier parte, que no me maltrataras que me siguieras...y me dejabas a medias de todo, sin acabar de contarte el final.
Hoy cuando ya me he vuelto viejo, amarillo, descolorido y polvoriento te has acordado de mi, me has acariciado, me has olido y te ha gustado de nuevo , has vuelto a perderte en mi historia, has sonreído y me has devuelto a la vida. Es mi día, es mi homenaje. Ya es 23 de abril ....que pena que sólo sea hoy mi día
DESDE LA BIBLIOTECA PUBLICA MUNICIPAL DE LAS REGUERAS( ASTURIAS) :
¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!
