CARTA DE SARA A LOS REYES.

    El año pasado, la víspera de la cabalgata de  Reyes llegaba a mi familia un bulto sonrosado de pelo rubio y ojos azules, vestido con un pijama amarillo y envuelto en una manta azul. Era Sara, mi sobrina.

Pasé con ella la primera noche de su vida y adiviné lo que me quería decir nada más cogerla en brazos. 

Ella  me hizo saber a su manera que quería pedir algo a los Reyes, pero el tiempo se nos echaba encima y encontrar papel y lápiz a esas horas era imposible; como quiera que fuese, yo la entendí y transcribí su primera carta a los Magos de Oriente ,que decía así...

Hola Reyes:

Le estoy transmitiendo a mi tía lo que quiero. Voy a ser breve porque aún no me entero muy bien de que va esto. Allá voy:

• Quiero unas botas de agua para poder saltar todos los charcos y mojarme siempre que quiera.
• No me traigáis gorros por favor, quiero que que me crezca el pelo pronto para no soportar ese picor de la angora, la angorina y el perlé en mi cabeza, o traedme una peluca; gorros no.
• Tampoco me traigáis muchas chaquetas, mi madre tiene frío a todas horas y estoy segura de que yo, que voy a estar saltando todo el tiempo no las necesitaré. 
• Os pido también que en mi pueblo siga habiendo ovejas, vacas y cabras para no tener que ir a conocerlos a la granja-escuela.
• Que mis padres me dejen, que mis tíos y primos me compren alguna chuchería en la máquina del bar de Conce.
• Quiero también un pantalón de chándal para poder subir a los árboles; ya me veo con vestidos con lazos y  va a ser imposible.
• Si nieva, que ya no es muy habitual, decidle a mis padres que me dejen pisar la nieve, hacer muñecos y probar a ver si está buena.
• Para mis padres quiero que les traigáis  tiempo;  que trabajen un poco menos y que estén conmigo un poco más.

        Muy importante:

• Unas alas para poder volar cuando llegue el momento,  que me lleven a donde me permitan mis posibilidades.
• Un mapa para buscar el camino adecuado, que dice mi tía,  que cada vez está más difícil esto de saber circular por la vida. Ni con GPS.
• También os pido que mis abuelos nunca se olviden de mi nombre. 

Sara S.