Querida descendiente:
Te escribo desde Asturias ,al norte de un país al sur de un continente.
Cada 8 de marzo se celebra el Día de la
Mujer (antes trabajadora), ahora a secas.
Como espero que vivas
en un mundo donde no habrá desigualdad por razón de género, te sonará muy raro
que en este momento de la historia sigamos utilizando expresiones tales como: conciliación
de la vida familiar, brecha salarial, empoderamiento de la mujer, violencia
machista.
Tus antepasadas, mis abuelas y bisabuelas tampoco habían
oído semejantes términos, pero conciliaban, como podían y sin saberlo. Como procedían de la zona rural, esto significaba abandonar la tierra o el ganado un tiempo antes que sus padres o maridos para
cocinar y tener la mesa puesta; madrugar un poco más que los hombres y asear a
los hijos para ir al colegio, poder llevar a sus bebés al trabajo en un cesto y
amamantarlos cuando era necesario ( ahora está de moda decir “ a demanda”). También conciliaron cuando sus maridos fueron
llamados a filas o a la emigración.
Eran víctimas de violencia de muchos tipos (física, sexual, psicológica, económica), pero lo desconocían porque les habían aleccionado para obedecer a sus maridos o
padres.
Después de años de lucha, a nuestra generación ( siglos XX y
XXI) nos educaron para estudiar, ser independientes emocional y económicamente y nos contaron la historia
de la liberación de la mujer. Quien la inventó se olvido de muchos detalles.
Nos permitieron conciliar la vida laboral y familiar, pero
sólo a nosotras ; nuestras parejas solían seguir preguntando: .-“ ¿Te paso
la aspiradora?”, a lo que siempre contestábamos que el polvo y la suciedad siempre era compartido...
Poco a poco fuimos ganando derechos laborales; eso sí
siempre mermados a la hora de jubilarnos porque como habíamos pedido
reducciones de jornada y excedencias, la cotización a la seguridad social (por
cierto, ¿existe ahora? ) no fue la suficiente para tener una pensión de
jubilación igual a la de los hombres. Claro ellos no habían pedido casi ningun día para llevar a los niños al médico o a las tutorías del colegio porque estaba
mal visto en muchas empresas.
A veces nos hemos sentido frustradas porque no nos ha dado tiempo a estar en tantos sitios a la vez: trabajos, colegios, fútbol, ballet, aerobic, cafés con amigas, tiempo en pareja, tiempo para nosotras, pero lo que más impotencia nos produce es que lo más importante no lo hemos conseguido.
Te escribo desde 2018 y muchos hombres siguen matando a “sus”
mujeres por la misma razón que en siglos pasados; porque creen que son suyas.
Si cuando leas esta carta sigue igual, no habrán
servido de nada tantos 8 de marzo, tantas leyes incumplidas y tantas mujeres que se quedaron en el camino.
Si en en tu país se sigue celebrando el Día de la Mujer en 2046,tu sociedad y tu universo, como el mío y el de tu tatarabuela habrá fracasado y deberás seguir luchando.
No sé si siguen existiendo princesas, pero seguro que tu no eres una de ellas. Que no te mientan.
Un
abrazo.
Una
mujer de 2019
Estupenda carta.
ResponderEliminarCon permiso paso a compartirla en el grupo de ayuda al empleo del que soy administradora ( Asturias por el Empleo ) Enhorabuena por el blog, un saludo.
Muchisimas gracias por leer y por compartir.
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